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Si Dios, por quien tenemos la razón, exige sacrificar la razón, es un prestidigitador que hace desaparecer lo que acaba de dar. (Diderot)

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    martes, 24 de febrero de 2015

    La esclavitud en la Biblia


    La esclavitud, exceptuando el asesinato, es el acto más deshonesto, inmoral y obsceno que persona alguna pueda llevar a cabo.

    No obstante, la esclavitud es protegida, apoyada, e incluso fomentada en La Biblia, en ese supuesto “Manual de Moral y Virtudes”.

    Tanto en el Antiguo como en el  Nuevo Testamento, La Biblia manifiestamente aprueba la esclavitud en muchos capítulos y versículos, y llega a “legislar”, de manera amplia y suficiente, sobre: cómo adquirir esclavos, que ganancias se pueden obtener por o través de ellos, y hasta establece cuando tener relaciones sexuales con las esclavas.
     
    Los seguidores del libro, supuestamente “inspirado por Dios”, conocido como “La Biblia”, soslayan las implicaciones morales de la esclavitud, alegando que los esclavos eran en realidad empleados o sirvientes.

    Muchas traducciones de la Biblia usan expresiones eufemísticas tales como: siervo, sierva, criado, criada,  para sustituir la dura y malsonante palabra "esclavo", con la finalidad de atenuar, de manera total y absolutamente infructuosa, la deleznable seudo moral bíblica.

    El que muchos (o algunos) esclavos hayan trabajado como sirvientes de la casa no implica que no hayan sido esclavos, el sólo hecho de haber sido comprados y/o vendidos les vilipendiaba, siendo, además,  en oportunidades tratados peor que animales.

         En Levítico 25:44-46 se nos muestra de manera fehaciente que los esclavos (seres humanos), son una propiedad y como tal pueden ser comprados y vendidos… como si fuesen animales u objetos.

    Levítico 25:44-46

    44.- Así tu esclavo como tu esclava que tuvieres, serán de las gentes que están en vuestro alrededor; de ellos podréis comprar esclavos y esclavas. 

    45.- También podréis comprar de los hijos de los forasteros que viven entre vosotros, y de las familias de ellos nacidos en vuestra tierra, que están con vosotros, los cuales podréis tener por posesión.

    46.- Y los podréis dejar en herencia para vuestros hijos después de vosotros, como posesión hereditaria; para siempre os serviréis de ellos; pero en vuestros hermanos los hijos de Israel no os enseñorearéis cada uno sobre su hermano con dureza.

    La infamia reflejada en los versículos anteriores no precisa comentario alguno… es manifiesta, clara, evidente, ostensible… sin embargo me permito llamar la atención de los lectores respecto a quién (¿supuestamente?),  está dictando esas normas/leyes/preceptos, y la respuesta la encontramos en el primer versículo del citado capítulo 25 de Levítico:

     1.- Jehová habló a Moisés en el monte de Sinaí, diciendo:

    Si, amigo lector, leyó bien, no hay error alguno… según Moisés (presunto autor de Levítico), es decir: según La Biblia (libro supuestamente “inspirado por Dios”), el legislador es el mismísimo Jehová Dios.

    Ese dios (con minúscula), no es tal… un dios que con esa villanía y ruindad dicta leyes como las señaladas en los versículos que hasta ahora hemos visto, no es el Dios verdadero… Dios… el verdadero… el único… no es racista, no tiene pueblo escogido, para Él su creación, toda, es escogida; no es xenófobo, nadie es extranjero o forastero en ningún lugar porque todo lugar es Él, y Él esta en todo lugar; como padre amoroso nos cuida, nos protege, es el Dios de los buenos y justos, pero también es el Dios de los pecadores.

    El alegato de los seguidores del llamado “libro inspirado por Dios”, para justificar las barbaridades señaladas, es que: “Eran otras épocas, que eran otros tiempos”, lo cual es incoherente toda vez que Dios trasciende el tiempo y el espacio, Dios es inmutable, es el mismo que fue y seguirá siéndolo, el verdadero Dios no cambia, no necesita corregir, Él es perfección, todo lo que de Él dimana es perfecto, no es susceptible a ajustes correctivos, no actúa a o en consecuencia de....

    Dios, el Dios real, no se adapta a los tiempos, a las épocas, los tiempos, las épocas son su creación, por lo que ellos (los tiempos y las épocas), son en función de su parecer. 

    ¿ESTABAN LOS HEBREOS EXENTOS DE LA ABYECCIÓN, DE LA IGNOMINIA, DE LA ESCLAVITUD?

    Veamos qué le dice Jehová, Dios, a Moisés:

    Éxodo 21:1-6

    1.- Estas son las leyes que les propondrás.

    2.- Si comprares siervo hebreo, seis años servirá; mas al séptimo saldrá libre, de balde.

    3.- Si entró solo, solo saldrá; si tenía mujer, saldrá él y su mujer con él.

    4.- Si su amo le hubiere dado mujer, y ella le diere hijos o hijas, la mujer y sus hijos serán de su amo, y él saldrá solo.

    5.- Y si el siervo dijere: Yo amo a mi señor, a mi mujer y a mis hijos, no saldré libre;

    6.- entonces su amo lo llevará ante los jueces, y le hará estar junto a la puerta o al poste; y su amo le horadará la oreja con lesna, y será su siervo para siempre. 

    Es “interesante”, por decirlo de alguna manera, ver como en los versículos precedentes es sustituida la palabra “esclavo” por la de “siervo”,

    ¡Oh insensato hombre, que no puede crear un gusano y sin embargo crea Dioses por docenas!

    Michel de Montaigne (1533-1592)