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    sábado, 2 de abril de 2016

    Contradicciones en la Resurrección de Jesús El Cristo


     
    En su primera carta a los Corintios, Pablo, el mendaz Saulo de Tarso, el coautor del asesinato de Esteban, argumenta:

    1ra. a Corintios 14:33

    33.- pues Dios no es Dios de confusión, sino de paz. Como en todas las iglesias de los santos,

    “Dios no es Dios de confusión”, claro que no lo es, pero no el “dios” (con minúscula) de La Biblia, libro supuestamente inspirado por Dios, pero que contiene ciento de mentiras, incongruencias, inconsistencias, contradicciones y aberraciones.

    Los defensores de La Biblia arguyen, en defensa de ese bodrio, que es preciso, para poder entenderla, leerla en la lengua en la cual fue escrita, pero, siendo que Dios es omnisciente, debería, suponiendo que tal chapuza fue inspirada por él, haber tomado las precauciones para que cualquiera, en cualquier lengua, en cualquier época y en cualquier lugar, la pudiese leer y entender, y así conocer su mensaje, sin tener que conocer una lengua extinta, y más aun siendo que sobre dicha lengua existen muchas contradicciones.

    1ra. a Corintios 14:9

    9.- Así también vosotros, si por la lengua no diereis palabra bien comprensible, ¿cómo se entenderá lo que decís? Porque hablaréis al aire.

    “Si por la lengua no diereis palabra bien comprensible, ¿cómo se entenderá lo que decís?”

    Y ese es el quid de la cuestión, que en ese libro supuestamente “inspirado por Dios” la palabra no es “bien comprensible”, y no lo es porque son muchas las contradicciones que presenta.
      
    Así las cosas entramos en el tema en cuestión:
    Según Mateo, María Magdalena (y también "la otra María") fueron al sepulcro al amanecer del primer día de la semana. Mientras lo hacían, la piedra que bloqueaba la tumba fue removida (en su presencia) por un ángel, mediando un terremoto.

    Mateo 28: 1-2

    1.- Pasado el día de reposo, al amanecer del primer día de la semana, vinieron María Magdalena y la otra María, a ver el sepulcro.

    2.- Y hubo un gran terremoto; porque un ángel del Señor, descendiendo del cielo y llegando, removió la piedra, y se sentó sobre ella.

    Además de las dos Marías estaban presentes algunos guardas los cuales “de miedo de él (del ángel) temblaron y se quedaron como muertos”, Juan no dice nada del terremoto y mucho menos de los aterrados guardas, tampoco lo hacen Marcos o Lucas, esta “información” solamente la suministra Mateo.

    Mateo 28: 3-4

    3.- Su aspecto era como un relámpago, y su vestido blanco como la nieve.

    4.- Y de miedo de él los guardas temblaron y se quedaron como muertos.

    Después de que el ángel les habla (versículos 5-8), ellas “con gran gozo, fueron corriendo a dar las nuevas a sus discípulos”.

    Mateo 28: 5-8

    5.- Mas el ángel, respondiendo, dijo a las mujeres: No temáis vosotras; porque yo sé que buscáis a Jesús, el que fue crucificado.

    6.- No está aquí, pues ha resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar donde fue puesto el Señor.

    7.- E id pronto y decid a sus discípulos que ha resucitado de los muertos, y he aquí va delante de vosotros a Galilea; allí le veréis. He aquí, os lo he dicho.

    8.- Entonces ellas, saliendo del sepulcro con temor y gran gozo, fueron corriendo a dar las nuevas a sus discípulos. Y mientras iban a dar las nuevas a los discípulos,

    Y… En el camino se encuentran con el mismísimo Jesús.

    Mateo 28: 9

    9.- he aquí, Jesús les salió al encuentro, diciendo: ¡Salve! Y ellas, acercándose, abrazaron sus pies, y le adoraron.

    Juan también describe la visita de María Magdalena (no dice nada sobre "la otra María")  por la mañana, “siendo aún oscuro”, al sepulcro de Jesús El Cristo, encontrándose con que la piedra había sido quitada, a continuación María Magdalena corre y acude a Simón Pedro y al otro discípulo, aquel al que amaba Jesús (¿Juan?) y les comunica: “Se han llevado del sepulcro al Señor”.

    Juan 20: 1-2

    1.- El primer día de la semana, María Magdalena fue de mañana, siendo aún oscuro, al sepulcro; y vio quitada la piedra del sepulcro.

    2.- Entonces corrió, y fue a Simón Pedro y al otro discípulo, aquel al que amaba Jesús, y les dijo: Se han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde le han puesto.

    Si, según Mateo,  María Magdalena y la otra María se encontraron con un ángel en la tumba, que les hizo saber, refiriéndose al cuerpo de Jesús El Cristo: “No está aquí, pues ha resucitado, como dijo”  ¿Cómo se explica que Juan 20:2 nos hace saber que María Magdalena (sin mencionar a la “otra María”) le dice a Simón Pedro y al otro discípulo: “Se han llevado del sepulcro al Señor”? ¿ ?Acaso no dice, claramente, Mateo, (28: 5-9) que el ángel dijo, refiriéndose al cuerpo de Jesús El Cristo: “No está aquí, pues ha resucitado, como dijo”.
                   
    De igual manera llama poderosamente la atención el que mientras Mateo (28:2) indica que  un ángel del Señor, terremoto de por medio, descendiendo del cielo y llegando, removió la piedra, y se sentó sobre ella todo esto en presencia de María Magdalena, de la “otra María” y de unos guardas, Juan, a su vez (20:1) declara que María Magdalena (¿Y la otra María qué pasó con ella?) al llegar “vio quitada la piedra del sepulcro”.

    Pero sigamos leyendo… sigamos escudriñando.

    Juan 20:3-10

    3.- Y salieron Pedro y el otro discípulo, y fueron al sepulcro.

    4.- Corrían los dos juntos; pero el otro discípulo corrió más aprisa que Pedro, y llegó primero al sepulcro.

    5.- Y bajándose a mirar, vio los lienzos puestos allí, pero no entró.

    6.- Luego llegó Simón Pedro tras él, y entró en el sepulcro, y vio los lienzos puestos allí,

    7.- y el sudario, que había estado sobre la cabeza de Jesús, no puesto con los lienzos, sino enrollado en un lugar aparte.

    8.- Entonces entró también el otro discípulo, que había venido primero al sepulcro; y vio, y creyó.

    9.- Porque aún no habían entendido la Escritura, que era necesario que él resucitase de los muertos.

    10.- Y volvieron los discípulos a los suyos.

    Mateo no dice nada de la visita, al sepulcro, por parte  de Pedro y el “otro discípulo”.

    Pero sigamos leyendo… sigamos escudriñando.

    Según Juan,  María, llorando, se inclina para mirar dentro del sepulcro y ve a dos ángeles, a quienes les informa  “se han llevado a mi Señor, y no sé dónde le han puesto”

    Juan 20: 11-13

    11.- Pero María estaba fuera llorando junto al sepulcro; y mientras lloraba, se inclinó para mirar dentro del sepulcro;

    12.- y vio a dos ángeles con vestiduras blancas, que estaban sentados el uno a la cabecera, y el otro a los pies, donde el cuerpo de Jesús había sido puesto.

    13.- Y le dijeron: Mujer, ¿por qué lloras? Les dijo: Porque se han llevado a mi Señor, y no sé dónde le han puesto.

    ¿Cómo que “no sabe dónde le han puesto”, cómo que “se han llevado a su Señor?... ¿Acaso María sufre en ese momento un episodio de Alzheimer? ¿Acaso no dice, claramente, Mateo, (28: 5-9) que el ángel dijo, refiriéndose al cuerpo de Jesús El Cristo: “No está aquí, pues ha resucitado, como dijo”, ¿O es que quien está equivocado es Mateo y no Juan?

    Por otra parte Mateo habla de un ángel, Juan menciona dos ángeles… ¿Cuántos, en definitiva, son… uno… dos?  

    Pero sigamos leyendo… sigamos escudriñando.

    En Mateo 28:9 nos enteramos de que las Marías al encontrarse con Jesús “acercándose, (a él) abrazaron sus pies, y le adoraron”. Sin embargo Juan en el capítulo 20, versículo 17 nos hace saber:

    Juan 20: 14-17

    14.- Cuando había dicho esto, se volvió, y vio a Jesús que estaba allí; mas no sabía que era Jesús.

    15.- Jesús le dijo: Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas? Ella, pensando que era el hortelano, le dijo: Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto, y yo lo llevaré.

    16.- Jesús le dijo: ¡María! Volviéndose ella, le dijo: ¡Raboni! (que quiere decir, Maestro).

    17.- Jesús le dijo: No me toques, porque aún no he subido a mi Padre; mas ve a mis hermanos, y diles: Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios.

    Jesús, según Juan (20:17) ordena a María: “No me toques, porque aún no he subido a mi Padre”, lo que discrepa de lo indicado por Mateo (28:9) “acercándose, (a él) abrazaron sus pies, y le adoraron”… ¿…?

    Por si todas las contradicciones señaladas en los dos Evangelios anteriores (Mateo y Juan) fuesen pocas, al abordar la lectura del Evangelio de Marcos, respecto al mismo tema: La Resurrección de Jesús El Cristo, nos encontramos con que:

    Según Marcos (16:1) fueron tres las mujeres que acudieron al sepulcro: María Magdalena, María la madre de Jacobo, y Salomé; Mateo (28:1), como ya dijimos, menciona dos, y Juan (20:1) indica la asistencia sólo de una. 

    Marcos 16: 1-8

    1.- Cuando pasó el día de reposo, María Magdalena, María la madre de Jacobo, y Salomé, compraron especias aromáticas para ir a ungirle.

    2.- Y muy de mañana, el primer día de la semana, vinieron al sepulcro, ya salido el sol.

    3.- Pero decían entre sí: ¿Quién nos removerá la piedra de la entrada del sepulcro?

    4.- Pero cuando miraron, vieron removida la piedra, que era muy grande.

    5.- Y cuando entraron en el sepulcro, vieron a un joven sentado al lado derecho, cubierto de una larga ropa blanca; y se espantaron.

    6.- Mas él les dijo: No os asustéis; buscáis a Jesús nazareno, el que fue crucificado; ha resucitado, no está aquí; mirad el lugar en donde le pusieron.

    7.- Pero id, decid a sus discípulos, y a Pedro, que él va delante de vosotros a Galilea; allí le veréis, como os dijo.

    8.- Y ellas se fueron huyendo del sepulcro, porque les había tomado temblor y espanto; ni decían nada a nadie, porque tenían miedo.

    Contrastando con lo dicho por Mateo (28:2), Marcos declara que la piedra, al momento de llegar las tres mujeres, había sido removida, además, manifiesta Marcos, disintiendo de lo expuesto por Juan (20:12) que sólo había un ángel, y no como alega este último, que eran dos los ángeles.

    Y es así como llegamos al Evangelio de Lucas
    Lucas 24

    1.- El primer día de la semana, muy de mañana, vinieron al sepulcro, trayendo las especias aromáticas que habían preparado, y algunas otras mujeres con ellas.

    2.- Y hallaron removida la piedra del sepulcro;

    3.- y entrando, no hallaron el cuerpo del Señor Jesús.

    4.- Aconteció que estando ellas perplejas por esto, he aquí se pararon junto a ellas dos varones con vestiduras resplandecientes;

    5.- y como tuvieron temor, y bajaron el rostro a tierra, les dijeron: ¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive?

    6.- No está aquí, sino que ha resucitado. Acordaos de lo que os habló, cuando aún estaba en Galilea,

    7.- diciendo: Es necesario que el Hijo del Hombre sea entregado en manos de hombres pecadores, y que sea crucificado, y resucite al tercer día.

    8.- Entonces ellas se acordaron de sus palabras,

    9.- y volviendo del sepulcro, dieron nuevas de todas estas cosas a los once, y a todos los demás.

    10.- Eran María Magdalena, y Juana, y María madre de Jacobo, y las demás con ellas, quienes dijeron estas cosas a los apóstoles.

    11.- Mas a ellos les parecían locura las palabras de ellas, y no las creían.

    12.- Pero levantándose Pedro, corrió al sepulcro; y cuando miró dentro, vio los lienzos solos, y se fue a casa maravillándose de lo que había sucedido.

    Lucas en (24:1), al igual que Marcos en (16:1) afirma que quienes acudieron al sepulcro de Jesús El Cristo Lo hacen con la finalidad de “ungirlo con especias aromáticas”, ni Juan, ni Mateo hablan, en ningún momento de tal ungimiento.

    Según Lucas fueron varias las mujeres que acudieron al sepulcro, (24:10) “María Magdalena, y Juana, y María madre de Jacobo, y las demás con ellas”, por lo menos cinco lo que contradice a Mateo (28:1), quien dice que  fueron dos: “María Magdalena y la otra María”, a Marcos (16:1), quien indica que fueron tres: “María Magdalena, María la madre de Jacobo, y Salomé”, y a Juan (20:1), quien informa que sólo fue una: María Magdalena.

    Lucas (24:2), al igual que Marcos (16:4), y Juan (20:1), nos hace saber que la piedra ya había sido removida al momento de su llegada al sepulcro… “Y hallaron removida la piedra del sepulcro”, contradiciendo lo dicho por Mateo (28:1-2), quien no sólo dice que la piedra no había sido removida, además informa, Mateo,  que dicha piedra es removida, por un ángel, en el momento que llegan “María Magdalena y la otra María”, y habla de un “terremoto” (que no es mencionado por ninguno de los otros evangelistas)… “Y hubo un gran terremoto; porque un ángel del Señor, descendiendo del cielo y llegando, removió la piedra, y se sentó sobre ella.

    Por todo lo expuesto en los párrafos anteriores resulta palmario que Los cuatro Evangelistas se contradicen, sin embargo estos párrafos no los presento de manera inconcusa, todo lo contrario, es mi intención que sean sometidos a la brillante luz de la razón y que en base a esa razón brille la verdad.

    Que el Dios que habita en el corazón de cada uno de nosotros nos asista.

    "Si, en La Biblia, existe una contradicción en inglés, en español o en cualquier otro idioma, entonces La Biblia es contradictoria".

    "Todas las religiones son obras humanas y, en el fondo, equivalentes; se elige entre ellas por razones de conveniencia personal o de circunstancias". (Averroes).

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